Al que habla, en el silencio
Y seamos charlatanes con él,
Preguntemosle todo!
Responderá FEliz, cuando vayamos
a su encuentro!
Seamos Charlatanes con el que vive por siempre!
Y no con aquellos, que caminan muertos!
Seamos Charlatanes con Él!
El maestro siempre está dispuesto!
Preguntémosle nuestra misión, como podemos ayudarlo, pidamos discernimiento!
Seamos charlatanes con el que trae Paz,
y desarticulemos los enfrentamientos!
Seamos tan charlatanes y que nuestras palabras, guiadas por su perfeccionamiento,
sean llevadas y no olvidadas por el viento.
Y que sean grabadas
en una brisa refrescante y agua,
para todo aquél, que camine
en su propio desierto.
Seamos charlatanes con el que nos conoce
desde que nacemos.
Y mucho antes, cuando estábamos,
en sus sueños
Que lindo es ser charlatan con el que por siempre vive y no
con los que viven, muertos.
Seamos charlatanes, con el que vive,
dentro nuestro
Hagamos visible lo invisible!
Somos su sacramento!
Seamos charlatanes con el que nos sana
en todo momento.
Y que sin tocarnos
y con nuestro adelantado agradecimiento
Nos cura siempre, nuestro cuerpo enfermo
Seamos Charlatanes con el que vence
nuestros tormentos!
Seamos Charlatanes con Él,
en las casas y en las plazas,
en las calles, en cualquier lugar
y a cada momento!
Y no puedo dejar de escribir,
porque mientras escribo,
estoy charlando con él,
a través de éste teclado inquieto.
Las letras charlatanas demuestran,
como puede hablarse sin sonido,
sin nada
que moleste al silencio.
Y sí por error involuntario no del teclado,
sino de mi corazón inquieto,
que late muy fuerte cuando
estoy en su presencia y lo siento,
Llego a molestar al silencio,
el maestro, sin reproches, sonreirá
y me motivará con un abrazo fraterno.
Que llega con cada respiro,
cuando me abraza el viento.
Seamos charlanes con él y junto a él,
sigamos escribiendo
nuestra historia de vida eterna,
si en él, por siempre, permanecemos.
Waldemar Palavecino
Soldado de Cristo y Comunicador Barrial
14.07.25
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