Yo no voy a tirar
la primera Piedra
ni la última, mientras esté
en esta tierra.
Y cuando ya no lo esté,
Me pararé sobre un viento
dimensionado
Y observaré mi legado
de no haber atacado
a una hermana o a un
hermano.
Hoy puedo afirmarlo.
Ayer, no sé.
Si alguna piedra
he lanzado,
preso fuí del pecado.
Como ignorante, resbalé
Y espero ser perdonado
por aquellos que lastimé
cuando la piedra yo arrojé
como esclavo del pecado.
Hoy, yo no no voy a ser
el que la primera piedra
arroje
Basta con que uno
se moje
con aceite hirviendo de
Idiotez.
Y tener
el corazón calcinado.
Y darse cuenta
que tambien,
todos podemos caer
en accionar desatinado
Pero hoy yo
no voy a ser
el que arroje
la piedra primera,
ni la última.
Porque quiero
ser
menos esclavo
y mas libre
por Amor
de Aquél que hace
dos mil años
con nuestras culpas cargó
dió su vida
y nos salvó!
Y hoy
nos sigue perdonando!
Por eso hoy,
Ahora, que aún respiro,
por gratitud a mi amigo
Ese Loco de Nazareth
y del Amor peregrino
Y porque el lo ha pedido
No voy a ser Yo
quien arroje
Ni la primera
ni la última piedra.
Mejor, dejarlas
en el camino.
Cual duras y necesarias
enseñanzas vitales
cuando con ellas Tropezamos.
y nos profetizan los males.
Es preferible chocarse
con ellas
que arrojarlas
contra una hermana o
un hermano.
Por eso ahora
Te invito
por el Amor bendito
que siempre trae la Paz
a pensar en no arrojar
las Piedras.
Las Piedras,
No las levanteís!
Esquivadlas!
o dejadlas
que fenezcan
sobre el suelo
mortuorio de la infamia!
Dejadlas!
Que descansen en Paz.
Waldemar Palavecino
Walde Pala
08.08.22
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