(poema de Waldemar Palavecino)
Traigo en mi mano
una semilla
Con forma de idea
de sueño o Utopía
Y quiero atreverme,
tener la Osadía,
de surcar las mentes
que aún están dormidas
Con esta semilla,
que llevo en mi mano,
sembrarla en las mentes
de nuestros hermanos
Los que aún no creen,
los desesperanzados,
a los que le han mentido
y los han traicionado
A los que han perdido
sus sueños anhelados
traigo la semilla
en mi puño apretado
Que solo se abre
al corazón del hermano
y planta en su mente
el ideal revolucionario
Y en esta palabra,
que algunos asusta,
Mi pueblo ha elegido
la palabra justa
Revolución no es fantasma
ni sangre ni gritos,
Revolución es amor
por los desposeídos!
Que no te confundan,
ni te atemoricen,
no escuches mentiras
que te paralicen.
Jesús, fué el primero,
de los revolucionarios
por eso no temas,
al sembrar este ideario.
Y Evita fué el ángel
de la revolución,
portaba en sus brazos
Justicia y Amor!
No hay cambio posible,
para los trabajadores,
sin revolucionarios valientes
que aplasten a los opresores!
Traigo esta semilla
y extiendo mi mano
y quiero que me ayudes
a seguir sembrando.
Waldemar Palavecino
2.4.17
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